domingo, 27 de noviembre de 2011

Algunas ideas sobre el cine de Hollywood

Antes de ayer vi Michael Clayton por segunda vez. En un primer momento pensé que estaba perdiendo 2 horas (por segunda vez) de mi vida. Pero resultó que no fue así, y la película -de la cual mi impresión no cambió ni una pulgada- se me quedó por un día en la memoria, como un acertijo que tenía que resolver. La incógnita del acertijo consistía en poder definir con precisión sus dos características primordiales: 1. la claridad de su temática, lo fácil que resulta interpretarla; 2. dónde es que termina por afirmarse como una película reaccionaria.

La historia es esta: el mediador de una firma de abogados, Michael Clayton (G. Clooney), es encargado para solucionar el quiebre emocional de uno de los socios de la firma, que repentinamente parece decidido a cambiarse de bando y caerle a la corporación a la que defendía en una demanda por la intoxicación consciente de una comunidad. Mientras tanto, la corporación opta por sus propios mecanismos para solucionar el inconveniente.

  
"Un tema fácil"

Para explicar mi punto, es útil una idea que Terry Gilliam explicó en un video al diferenciar a Spielberg de Kubrick (Gilliam le da a Spielberg más duro de lo que merece). Decía que el final de '2001' no presenta un sentido claro, que obliga a un diálogo, una interpretación, y por lo tanto al desarrollo de ideas para intentar entenderla; en cambio, las películas exitosas de Hollywood hoy en día encapsulan una respuesta, la envuelven, le ponen moña y se la dan como un regalo al espectador, para que pueda irse tranquilo a la casa, sin preocuparse por tratar de entender lo que vio.

Michael Clayton está dentro de esta segunda categoría, y su éxito es merecido, siguiendo la idea de Gilliam. Son incontables los momentos en los que lo único que hay detrás de las imágenes es una idea bien sencilla y clara. La presentación de Tilda Swinton mientras se viste y maquilla, intentando practicar un discurso que no logra decir sin trastabillar (hay un desajuste entre su estado natural y la apariencia que se prepara para sostener frente a las cámaras). Michael Clayton se detiene en el medio del campo y se baja del auto para acercarse a tres caballos sueltos, los mira emocionado hasta que, de pronto, su auto explota detrás de él (lacayo del sistema se siente agobiado y la naturaleza le hace un llamado que le salva la vida). Toda la película está construida de esta manera, con esa unidimensionalidad del sentido, facilizando un tema bien complejo.


Estas cuestiones, pueden ser leídas como muestras de la capacidad del director-guionista para plantear "lo que quiere comunicar". Y aunque pueda que Tony Gilroy tenga cierta capacidad como guionista (escribió las tres entregas de la saga Bourne), su trabajo como director es el de un talentoso envolvedor de regalos llenos de respuestas. Porque los temas que se sugieren en el guión, son planteados con una mirada unívoca desde la dirección, construyendo ese cubo hermético de respuestas. Acá se me hace evidente la necesidad de filmar una película en contra de su guión, como decía Truffaut: es que al filmarla según el guión, siguiendo su mandato, lo que se consigue es un rígido planteo de ideas estáticas.

Otro ejemplo: Tom Wilkinson, el abogado que "pierde la cordura", es planteado sin matices como alguien que se iluminó y encontró el camino del bien, pero que en esta sociedad fría y capitalista es tratado como un loco. Esto se consigue con mecanismos bien didácticos: el hijo de Michael Clayton, que no lograba que su padre lea un libro que lo tiene obsesionado, capta la atención del abogado que se fascina con el planteo del cuento infantil (el loco piensa como un niño, por lo que no está tan loco); siguiendo la presentación de Tilda Swinton, el abogado se desnuda en el juicio y le declara su amor a la demandante (quitándose las ropas de la hipocresía que lo atan a la corporación); Clayton lo encuentra volviendo a su casa con una bolsa repleta de pan flauta, fascinado con el sabor de esta artesanía culinaria (puede volver a sentir los sabores del mundo). A los ojos del espectador, su delirio llega sin duda como el camino correcto. La bolsa llena de pan es una forma tan didáctica de mostrar esa "vuelta a sentir los sabores del mundo" que roza lo vergonzoso.

El abogado "loco" habla con el hijo de M.Clayton: su postura refuerza la infantilización.
"¡Soy un loco, deme todo el pan que tenga!"
O sea, Tilda Swinton es una perra hipócrita; Tom Wilkinson un abogado que vio la luz pero se lo considera un "loco"... Y Michael Clayton (no en vano, el título de la película) es el que está a medio camino y deberá elegir. No es que esto sea un análisis complicado, la película lo repite en los diálogo una y otra vez, y al estar reforzado en la puesta en escena todo el tiempo, resulta ñoño:
Michael Clayton: I am not the enemy. 
Arthur Edens (Tom Wilkinson): Then who are you?
Y lo que más rechina es que la película no tiene problema en responder a la pregunta, sin tapujos ni matices.

Una película reaccionaria

Convengamos que, como dice Herzog, las películas no pueden cambiar el mundo, pero sí que hablan de él. Y es en el final de la película donde se juega mucho de esa mirada. El final de Michael Clayton es donde se resuelve el conflicto (que no daba lugar a mucha duda): ¿de qué lado está Michael Clayton? Pero también es donde la película, como decía, termina de hablar de la problemática que plantea.

En el desarrollo de la película (si obviamos su sentido unilateral y conformista y "nos dejamos engañar") se puede decir que los sucesos que se narran presentan un mundo bastante jodido. Es decir, un mundo que si se pareciera a un mundo, estaría pretty fucked up. Es de hecho este mundo, el que vivimos (cualquiera se da cuenta de que pretende transmitir esta idea, como en 'Erin Brockovich' aunque sin el cartel de "basado en hechos reales"), donde el poder de las corporaciones puede cagarse en los principios morales más lógicos y humanos amparado en giros legales controlados por firmas de abogados hiper-poderosas.

Ahora, para concluir de una vez, y siguiendo a Gilliam, yo invito al amable lector a que piense un segundo en qué alternativa piensa que tenemos contra el imperio de las corporaciones. ¿Se le ocurre algo? Por favor, si sí que lo deje escrito en los comentarios. Está difícil. Pero qué si yo les dijera que la alternativa es la fe en el individuo, en los pocos individuos buenos, capaces de tomar las decisiones correctas y hacer frente a estos colosos multimillonarios, resisitiéndose a sus sobornos, sin vacilar. ¿Verdad que suena estúpido?

Esa es la respuesta de Michael Clayton (de nuevo, no en vano es el título de la película). Michael escapa (gracias a aquel llamado de la naturaleza) del atentado de la corporación, echa su billetera y reloj dentro del auto, escapa por el bosque y todos lo creen muerto. La corporación ha ganado pero, como un fantasma, Michael reaparece y le tiende una trampa a Tilda, que se deschaba y, en colaboración con algunos hombres buenos (su cuñado policía, que ahora debe estar rociando gas pimienta en la cara de manifestantes), atrapan a los malos. Michael sale, sin triunfalismos, en un plano secuencia, se sube a un taxi y le da 50 dólares al taxista. "Just drive", le dice.

Es decir, no sólo la película peca de cerrar (como un regalo envuelto) todos los conflictos que planteó y responder todas las preguntas, sino que además pretende hacernos creer que de última no estamos tan jodidos, porque algunos americanos buenos (George Clooney es la cara del americano "medio") son capaces de hacer frente a lo que les toque. Americanos anónimos, que circulan por las calles de Nueva York en taxis amarillos, sin un destino y sin golpearse el pecho por su nobleza.


Cuando Hollywood era otra cosa

Con Michael Clayton en la memoria, leí algunos artículos pensando que la crítica española (que siempre cae en este tipo de guarradas) le iba a poner laureles. Me sorprendió descubrir que, si bien la defendían, no la veían como una nueva obra maestra del cine. Pero sí la comparaban con 'Network' de Sidney Lumet. Nunca la había visto, entonces, para completar el recorrido me vi esta película ayer por la tarde.


La comparación es no es un disparate en cuanto hay puntos de contacto (sobre todo la búsqueda del lugar del hombre en el medio de un mundo corporativizado), pero sí lo es porque una es contraria a la otra.

'Network' es la historia de un conductor de informativos que, al ser despedido, anuncia que se suicidará al aire en la entrega siguiente. Esto dispara los puntos de raiting, pero también los conflictos dentro de la cadena, que ven el tema, por un lado, como una inmensa oportunidad, y por otro, como la muerte de toda ética periodística.

Howard Beale (Peter Finch) es el conductor trastornado y (como primer punto de contacto y de enorme distancia con Michael Clayton) pierde la cordura. O al menos eso piensan algunos. No es claro. Sí, se comporta como un loco, pero a su vez está diciendo cosas que tienen sentido. La diferencia es que Lumet nunca afirma una cosa o la otra. Es como decía Rohmer: "el cine no se trata de decir que alguien es algo sino en mostrar cómo lo es". Michael Clayton dice que el abogado tuvo un crack nervioso que le dio claridad, que todos lo consideran loco, pero que en realidad no lo está. Network muestra un conductor de informativos veterano que reacciona ante su despido con una medida poco cuerda, y que en muchos momentos parece haber perdido la razón... pero nunca lo sabemos con certeza.

Lo mismo se aplica a las dos mujeres de la película. La presentación de Tilda Swinton parece decirnos claramente: algo anda mal en ella, algo está mal. El personaje de Faye Dunaway, en 'Network' -en quien también algo está mal-, se presenta en plena acción, mostrándola como una mujer enérgica, ambiciosa, masculina en su ímpetu... toda una definición de carácter. Son las antípodas de cómo presentar un personaje.

Pero lo más drástico se deja ver al comparar el final de las dos películas. (SPOILER.) En 'Network' sucede que el directivo de la corporación, en una de las escenas más diabólicas y proféticas que yo haya visto, logra mitigar el discurso de Beale, desesperanzarlo de toda oportunidad, deprimirlo. El raiting del programa comienza a bajar semana a semana, pero el directivo de la corporación no quiere discutir la posibilidad de sacar a Beale, que está comunicando la cruel realidad del Dios-Corporación. Los directivos de la cadena de TV no encuentran otra chance que matarlo y deciden hacerlo en vivo. La película termina con una imagen de cuatro emisiones televisivas: una con una publicidad, otra anunciando la muerte de Beale... El sonido de las cuatro se mezcla, formando un barullo ininteligible. (FIN DE SPOILER.) No puede ser más claro, el confort esperanzador del final de Michael Clayton es, de nuevo, la antítesis del de 'Network', en la que es imposible discernir una solución, una respuesta clara y/o única.

La idea planteada por Gilliam en el video se aplica perfecto a la comparación.

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