martes, 17 de abril de 2012

Sueño Húmedo


Quiero escribir como invocando un diablo,
en ese trance alienígena de las danzas rituales,
de los poseídos,
sin releer, sin preocuparme por la rima,
(si ni siquiera sé lo que es la rima)
sin esperar hacer poesía, sin pretender enseñar nada,
escribir por escribir, como el humo que sale de mi cigarro ahora.

Pero miento,
porque no es sólo por escrbir que escribo.
Dije que quiero invocar a los dioses paganos, al diablo,
al arcano más profundo,
a todos esos monstruos de mis pesadillas que
con cuerpos lampiños se acariciban en piscinas de excremento.

Quiero invocarlos pero no con mi mente y con las palabras,
más bien sentirlos en mis entrañas, como un gorgolleo
(acaso existe esa palabra)
que petrifica y satisface,
como la sensación de enamoramiento.

Repito que quiero hacerlo sin regodearme en lo que salga,
sin preocuparme de repetir palabras,
sin saber gramática, ni tener claro que es el verbo
el sufijo, el sujeto y el predicado, la tónica o la rima,
el arte de la literatura y el tiempo pluscuanperfecto.
Sin haber leído a Joyce, a Faulkner, a Homero, a Whitman,
a Dickens, a Proust, ni a Cervantes, ni a tantos miles de otros,
genios,
en cuyas palabras late el secreto de lo que estoy invocando.

Sin pensar, sin pensar, sin pensar.
De atrevido.

Y quiero hacerlo porque esos diablos, ese dios pagano,
soy yo.
Porque todos los crímenes de la humanidad,
soy yo.

Yo soy el prostituto, la alcantarilla aberrante donde
fluyen como sangre los restos mutilados de todas nuestras víctimas.
Yo soy también la victima, mutilada y consciente,
los trozos de cuerpo que circulan en los ríos verdes de la locura.

Quiero encontrarme con los fantasmas de mis pasados,
charlar con ellos sobre sus deseos incestuosos
y sus temores más profundos. Hacerlos míos
y hacerlos realidad. Bajarle la pollera
a la muchacha de minifalda corta y lamerle el ano,
revolcarme con mis primas y primos en una orgía dionísica,
y morir bebiendo nuestra sangre,
volver al útero de mi madre para salir de él con una espada,
asesinar a mi padre y a mi hermano.

Abrir las puertas del infierno,
pero no las de aquel que está vacío,
sino el que perdura clausurado, poblado de demonios saltarines
y orquestas de percusión ósea.
Poblar la tierra con sus demonios,
derretir nuestros cuerpos en una única caldera,
devolviendo a la materia su naturalidad acuosa.

Y no volver a construir nada, nunca más.
Sino dejar a las almas puras, aberrantes y horrorosas,
flotando entre los muros de edificios vacíos
en una danza eterna de rock and roll infernal.

viernes, 6 de abril de 2012

Padre


En tu brazo hay un pelo largo, diferente al resto.
Un pelo reproducido en mí, en el mismo sitio
del mismo brazo.

Cada vez que me encuentro con el pelo,
lo arranco... Pero el pelo vuelve a crecer.
O sea, no puedo hacer nada para extirparlo,
como no puedo quitar tu esencia de mi ser.

miércoles, 4 de abril de 2012

XIII


Esplendor de mi sombra abre los ojos:
ha comenzado la subida por la escalera santa:
entrarás en la hoguera donde arden para siempre los profetas,
renacerás llevando en el vientre el feto del primer ancestro,
surgirás como un géiser dibujando caminos con tu vara verde,
serás una esfera que se expande hasta alcanzar el misterio,
punto donde se cruzan todos los ejes, nunca más
te equivocarás de camino.

- Yo, el Tarot, de Alejandro Jodorowsky

Titanic Disaster

Lucky Jim

Rudamente


16 de Noviembre, 1973

Querido Sr. McCarthy:

Le escribo en su capacidad de director del Instituto Drake. Me cuento entre aquellos escritores norteamericanos cuyos libros han sido destruidos en la ahora famosa caldera de su escuela.

Ciertos miembros de su comunidad han sugerido que mi obra es maligna. Esto me resulta extraordinariamente insultante. Las noticias que llegan desde Drake me llevan a pensar que los libros y los escritores son para ustedes algo muy irreal. Le escribo esta carta para hacerle saber lo real que soy.

También quiero que sepa que mi editor y yo no hemos hecho absolutamente nada para explotar las desagradables noticias provenientes de Drake. No nos palmeamos mutuamente las espaldas, congratulándonos por todos los libros que vamos a vender con la polémica. Hemos rechazado aparecer en la televisión, no hemos escrito ni una sola carta encendida a los periódicos ni hemos concedido largas entrevistas. Sentimos enfado, repulsa y tristeza. Y ninguna copia de esta carta le ha sido enviada a nadie más. Tiene usted en sus manos la única copia. Es una carta estrictamente privada escrita por mí para el pueblo de Drake, que tanto ha hecho para dañar mi reputación a ojos de sus hijos y posteriormente a ojos del mundo. ¿Tendrá el coraje y la ordinaria decencia de mostrarle esta carta al pueblo o también ella acabará consignada a los fuegos de su caldera?

Supongo a partir de lo que leo en los periódicos y oigo en televisión, que me imaginan, a mí y también a otros escritores, como a una especie de individuo ratonil que disfruta ganando dinero envenenando las mentes de los jóvenes. En realidad soy una persona grande y fuerte, de cincuenta y un años, que realizó muchos trabajos agrícolas de niño, hábil con las herramientas. He criado a seis niños, tres míos y otros tres adoptados. Todos han salido bien. Dos de ellos son granjeros. Soy un veterano de infantería de la Segunda Guerra Mundial y tengo un Corazón Púrpura. Me he ganado lo que sea que tenga trabajando duramente. Nunca he sido arrestado ni demandado por nada. Me he ganado la confianza de los jóvenes y de los demás en mi trato con los jóvenes de tal manera que he trabajado en las facultades de la Universidad de Iowa, Harvard y el City College de Nueva York. Todos los años recibo como mínimo una docena de invitaciones para dar charlas inaugurales en universidades e institutos. Probablemente no haya otro escritor de ficción norteamericano vivo cuyos libros sean más usados en las escuelas.

Si se molestaran en leer mis libros, en comportarse como lo harían personas educadas, sabrían que no son sensuales ni defienden ningún tipo de comportamiento salvaje. Ruegan que la gente sea más amable y más responsable de lo que a menudo suele serlo. Es cierto que algunos de los personajes hablan rudamente. Esto se debe a que las personas hablan rudamente en la vida real. Particularmente los soldados y aquellos que tienen trabajos duros hablan rudamente, e incluso el más protegido de nuestros hijos lo sabe. Y todos sabemos, también, que en realidad esas palabras no causan apenas daño a los niños. No nos lo causaron a nosotros cuando éramos jóvenes. Eran las malas acciones y las mentiras lo que nos causaba perjuicio.

Tras haber dicho todo esto, estoy seguro de que se mostrará presto a responder: “Sí, sí, pero sigue siendo nuestro derecho y nuestra responsabilidad el decidir qué libros deben leer nuestros hijos en nuestra comunidad”. Esto es efectivamente así. pero también es cierto que si ejercitan ese derecho y cumplen esa responsabilidad de manera ignorante, burda y antiamericana, la gente se verá justificada para llamarles malos ciudadanos y necios. Incluso sus hijos se sentirán justificados para llamarles así.

He leído en el periódico que su comunidad está perpleja ante el escándalo que se ha extendido por todo el país a raíz de sus acciones. Bien, han descubierto que Drake forma parte de la civilización norteamericana, y que sus conciudadanos no soportan que se hayan comportado ustedes de manera tan incivilizada. Quizás con esto aprendan que los libros son sagrados para los hombres libres por muy buenos motivos, y que se han luchado guerras contra naciones que odian los libros y los queman. Si son ustedes americanos, deben permitir que todas las ideas circulen libremente en su comunidad, no únicamente las suyas.

Si usted y su junta directiva están decididos a mostrar que tienen, en realidad, sabiduría y madurez en el ejercicio de sus poderes sobre la educación de los jóvenes, deberían reconocer que ha sido una lección nauseabunda la que les han enseñado a los jóvenes de una sociedad libre, con su denuncia y posterior quema de libros. Libros que ni siquiera han leído. También deberían mostrarse dispuestos a exponer a sus hijos a todo tipo de opiniones e información, para que puedan estar mejor equipados para tomar decisiones y sobrevivir.

Una vez más: me han insultado, y soy un buen ciudadano, y soy muy real.

Kurt Vonnegut

Encontrado acá.

domingo, 1 de abril de 2012

Televisión


Mientras avanzo en la 4ta temporada de Fringe, me entero que la 5ta está en duda porque es una pérdida de dinero para Fox. Algunos enajenados que siguen endiosando a la televisión analizan grillas y mierdas para suponer su continuidad. Ejecutivos prometen comics que cierren lo que un "finale" de la 4ta no cerraría. Joshua Jackson (el personaje que más creció y el actor que más maduró en el correr de la serie) habla de seguir la serie por "otros medios". Y una problemática que se termina de entender con el hecho de que la cantidad de espectadores, hoy en día, ya no tiene nada que ver con el rating.

Este artículo del blog de El Pais concentra el problema. Las tandas publicitarias de los canales ya no son tan importantes, el contenido publicitario tiene que estar dentro de la serie. O el video de J.J. Abrams donde le pide a la gente que vea la serie en su emisión televisiva.

Una serie puede ser un éxito gigante en el mundo de hoy, ser vista por decenas de millones de personas, y ser cancelada por falta de audiencia.