sábado, 9 de julio de 2011

Notas para una crítica de 'Cars 2'


No voy a hablar tanto de la película sino pasar a texto un par de ideas que, a mi ver, justifican que esta película sea el primer fiasco de Pixar.

El director de 'Cars 2' es John Lasseter, co-fundador de Pixar quien, además de dirigir varios de los primeros y geniales cortos de la compañía, fue el responsable de la 'Toy Story', de salvar la 'Toy Story 2' (que cuando él se sumó apuntaba a ser un desastre, según dicen) y la primera de 'Cars'. Estas tres películas me gustan, me parecen buenas películas y sobre todo por una razón: tienen alma. Lasseter fue el primero en decir, dentro de Pixar: "it's all about the characters". Esta fue, en sus 25 años de vida, la característica esencial de las película de Pixar: los personajes tenían carácter y objetivos fuertes, asociados a su personalidad; los sucesos tenían sentido y se conectaban haciendo crecer, girar o modificar ese sentido; el tema o el planteo de la película (que siempre es claro en las películas animadas) se desprendía del relato, como si siempre fuese el relato el disparador de todo y no a la inversa.

En 'Cars 2' todo parece surgir del deseo por poner a las personalidades ya definidas e inalienables de los protagonistas de la uno, a viajar por el mundo, cruzarlo con una intriga de espías, y aprovechar para meter un comentario sobre el petróleo y las energías alternativas. La cantidad de cosas que se muestran "porque sí" en los primeros 40 minutos de Pixar (eso fue todo lo que soportamos), da lástima.


Había razones para desconfiar de 'Cars 2', es cierto, pero eran casi iguales a las razones para desconfiar de 'Toy Story 3', que resultó buenísima. La primera razón es que las secuelas de las películas de animación tienen parte del laburo hecho: no hay que trazar y modelar a todos los personajes, que ya fueron hechos para la primera entrega; no hay que definir una estética. Esto explica por qué Dreamworks sacó 4 o 5 Shreks y ahora saca 'El Gato con Botas', o hace spin-offs de los pingüinos de Madagascar y etcéteras. El resultado de estas ecuaciones es espeluznante, porque la ventaja económica recae sobre la espectacularidad de los escenarios, del render y el realismo de todo el artilugio, pero no en componer un drama o una historia interesante. El éxito está asegurado por el éxito de la primera, y los niños son los primeros en caer en la trampa.

"Casi iguales" y no "igual" eran las razones para desconfiar porque 'Toy Story 3' tenía dos ventajas sobre Cars: 1. los personajes eran mucho más interesantes. 2. era el debut de un director novel en una de las compañías más divertidas del mundo. No es menor. 'Toy Story 3' tiene todo el sentido ya que narra el momento en el dueño de los juguetes creció, ya no juega con ellos y entonces los macacos viven el conflicto de no saber qué va a ser de ellos, o sea, sufren una crisis existencial. En Cars no existía semejante sentido. ¿De dónde sale la idea de mezclar los personajes de Cars con una historia de espías internacional? Nada de la esencia de la primera invitaba a esto. El primer destino del 'Mundiale Grand Prix' -por medio del cual se acopla el mundo de las carreras con el de los espías- es Tokyo; y eso huele mal. Cuando una película pone a los personajes que llegan a Tokyo a mirar el colorinche de la capital nipona -y más si se trata de una animación- la intención parece ser más la pirotecnia que otra cosa. Como decía David Mamet, esas películas nos devuelven al estado de espectadores primitivos, sorprendiéndonos porque el tren se nos viene arriba en la pantalla. Sumale el 3D y todo se vuelve más tentador, para mal.

Y esta secuela la dirige John Lasseter. En un principio eso podía ser bueno (por lo dicho más arriba), pero hoy no. Lasseter es el responsable ejecutivo de la Walt Disney Animation Company, produce algo así como 5 películas al año... Desde el 2001 sacó cuanta pavada se le ocurriera con los personajes de Cars, a cual peor. Es decir, sus grandes logros como director fueron hace muchos años. Hoy es más un empresario y un productor que un director.



Y eso se siente feo en la película. Porque su talento es claro, pero acá está aplicado al esplendor, a la grandilocuencia de mostrar las ciudades (yo llegué a ver 2 ciudades, pero el poster promete varias más)... Comparemos con Ratatouille por ejemplo: que Remy saliera y se encontrara en pleno Paris no tenía como único objetivo que dijéramos "hay che, pero qué bien hecho que está Paris, que coqueto"... Paris era la ciudad del Gusteau, a quien Remy idolatraba; era la ciudad de la comida y de las oportunidades, donde el ratón-héroe desamparado ahora debía salir a buscar sus propias oportunidades en la vida, solo. Cuando Mate y Rayo McQueen llegan a Tokyo lo único que sucede es: "oh, qué impresionante las luces... Qué bien hecho está...". Narrativamente, 'Cars 2' es desastroza, episódica del peor modo, porque a cada rato deja atrás lo que acaba de pasar. Es una película para espectadores formados por la televisión, a quienes no les importa tanto como se hilvana todo sino que pasen más cosas más espectaculares.

Y ta, dejo por acá porque me tengo que ir a laburar... Pero ta. Es una lástima. 25 años después de pura gloria, Pixar nos regala una de las peores películas digitalmente animadas que se hayan hecho. En serio. 'Vecinos Invasores', con toda su demagogia y humor poca-cosa, es infinitamente mejor. Muy triste.

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